Acoso moral

No es raro que en alguna ocasión hayamos sido víctimas de una situación de indefensión en nuestra vida: acoso moral, escolar, laboral o institucional.

Dónde hayamos visto socavados nuestros derechos o nos hayamos sentido ninguneados y maltratados, por una persona, una organización o una institución.

Estas situaciones de acoso o maltrato, pueden ser perpetradas por un superior, por un igual o incluso a través de la propia administración.

Para ello, se llevan a cabo todo tipo de estrategias de desgaste, que van desde las formas más sutiles hasta las más flagrantes como:

• Presiones continuas.
• Dificultar el diálogo (evasivas, negación de la palabra, cuestionamiento permanente).
• Aislamiento (dejar de lado, no tener en cuenta su opinión).
• Carga laboral (nula, infinita).
• Despersonalización (falta reconocimiento).
• Continuos cambios (puesto, horario, funciones, proyectos, tareas).
• Indefensión aprendida (haga lo que haga, nunca está bien).

La lista, obviamente podría ser infinita, quizás no cobran tanta importancia las acciones en sí, sino la propia intencionalidad con las que se ejecutan.

Este tipo de situaciones de acoso moral u hostigamiento, se pueden dar en cualquier ámbito, cualquier persona y en cualquier condición.

Sin duda, estas situaciones generan un fuerte impacto, daño psicológico y emocional que se suele agravar si se mantienen a lo largo del tiempo.