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¿Es agotador trabajar
como psicólogo?

  ¿Es agotador trabajar </br>como psicólogo?

Trabajar como psicólogo puede resultar agotador. Ser psicólogo, puede ser un trabajo gratificante, pero a la vez, es uno de los más romantizados que existen, junto con veterinaria, fisioterapia o medicina. Por la noble finalidad de “ayudar a las demás”.

Palabras clave: burnout, desgaste laboral, presión, síndrome del impostor

Trabajar con personas, es apasionante, pero también puede resultar realmente complejo y agotador. En nuestro caso, durante bastante tiempo y de una forma muy íntima.

Aunque puede parecer un tema tabú, los psicólogos sufrimos un gran agotamiento emocional. Visibilizarlo, humaniza, reconforta y ayuda a darle un valor y significado a nuestro trabajo.

Estar sometido a estrés laboral de forma permanente, puede ocasionar un desgaste profesional muy elevado.

Descubre en este blog de psicología cómo minimizar el impacto del desgaste laboral y aprender a confiar en tu trabajo.

Aspectos positivos y negativos de trabajar en la psicología

Aspectos positivos de trabajar como psicólogo:

  • Contacto con personas: permite conocer muchas personas y muy distintas.
  • Aprendizaje continuo: proceso de aprendizaje de manera permanente.
  • Visión global del mundo: estar en contacto con los problemas sociales y tener una visión global.
  • Empatía hacia las pesronas: humanizar y validar los problemas y las emociones de los demás.
  • Gratificante: la recompensa de ver el progreso de recuperación y los avances de los pacientes.

Aspectos negativos de trabajar como psicólogo:

  • Multitarea: asumir todos los roles, puede ser agotador. (agenda, facturación, marketing, consulta)
  • Gestión de la agenda: falta de compromiso, empatía o responsabilidad con el trabajo de los demás.
  • Gran carga emocional: manejar el estrés y la carga emocional de trabajar con pacientes.
  • Ser autónomo: creo que mucha gente, no es consciente de lo que esto implica y de la desprotección que supone.**
  • Trabajar para otros: además de la presión de los pacientes, te pueden responsabilizar de la agenda.
  • Las redes sociales: la presión por existir y generar contenido es omnipresente y permanente.
  • Presión derivada del trabajo: presión por los pacientes, por la agenda, la facturación…
  • Competencia: cada vez hay mayor competencia y resulta mucho más agresiva.

Lo cierto es que podemos estar sujetos a muchísima presión y sentir que tenemos que satisfacer o atender a múltiples de demandas. Esto directamente, puede afectar a nuestra salud mental y repercutir en nuestra calidad de vida.

Esto puede cambiar en función del puesto de trabajo, pero lógicamente, y para sorpresa de nadie, autónomos o empleados de PYMES esta presión se puede ver incrementada por múltiples factores de forma exponencial.

¿Por qué trabajar como psicólogo puede ser agotador?

Todas estas cosas y alguna más que no se ha mencionado, pueden ocasionar un desgaste laboral considerable: burnout, síndrome del impostor o agotamiento emocional.

De igual forma que hay personas maravillosas y el hecho de ayudarlas, resulta un auténtico privilegio. También se pueden vivir experiencias desagradables, principalmente por problemas de expectativas hacia la terapia.

Muchas veces, satisfacer el «¿qué hago?» y el «¿cómo lo hago?» puede suponer un auténtico desafío, sobre todo, cuando no existe una fórmula específica para dar respuesta a esta demanda o pasa por la temida «aceptación«.

Hay muchos tipos de pacientes y todos merecen el mismo respeto, pero la realidad es que no todas las sesiones son iguales. Algunas pueden resultar realmente gratificantes y otras tremendamente agotadoras y difíciles de manejar.

Aspectos difíciles de manejar con pacientes en terapia:

  • Ausencias o cancelaciones sin previo aviso o con poca antelación.
  • Estar sometido a la presión incesante de tener que ayudar a «resolver problemas«
  • Expectativas irrealistas hacia la terapia.*
  • Pacientes poco o nada comunicativos.
  • Usuarios muy demandantes, incluso fuera de la sesión.
  • Boicotear la sesión y/o ponerte a prueba.
  • Depositar en ti la responsabilidad del cambio.
  • Mostrar una actitud hostil o desconfiada.
  • Baja adherencia y nulo compromiso con la terapia.
  • Clientes que esperan una «solución mágica».
  • Sensación de tener que justificar o explicar el alcance del trabajo.
  • Pacientes que saben mucho (la teoría, pero no la práctica)

Una parte muy complicada de trabajar como psicólogo, es que nuestro trabajo, no consiste en complacer a las personas, sino muchas veces, hay que confrontar y/o plantear alternativas que quizás, no quisiéramos escuchar.

Aunque puede resultar paradójico y difícil de asumir, nuestro trabajo no consiste en contentar al paciente, sino en tratar de ayudarlo.

La experiencia en terapia puede cambiar significativamente en función del tipo de usuario del servicio.

Aunque sea difícil de verbalizar e incluso de entender, para algunas personas, no les es útil “deshacerse de su malestar”, y el hecho de devolverles la responsabilidad del cambio, les puede hacer sentir profundamente incómodos.

En otras ocasiones, puede resultar agotador para el paciente y para el profesional, insistir en buscar una solución, cuando se trata más bien de aprender a convivir con algo o simplemente a gestionarlo mejor.

SPOILER: «cuando las expectativas no son adecuadas, la sensación de fracaso está asegurada» Ejemplo recurrente, el mal pronóstico de la lucha por el «control» de los pensamientos intrusivos.

Estrategias para minimizar el desgaste laboral en psicología:

  • Respeta el tiempo de descanso: respetar el tiempo de descanso es una parte fundamental del proceso de recuperación.
  • Responsabilízate de tu cuidado y bienestar: el autocuidado es fundamental para poder ejercer cualquier trabajo y este más si cabe.
  • Establece límites: trabaja el tiempo estipulado, no mires el correo, ni atiendas al teléfono o la agenda fuera de tu jornada laboral.
  • No satures la agenda y deja espacio entre las sesiones.
  • Aprende a delegar: si nos cargamos con muchas tareas, la sensación de agobio será mayor.
  • No abarques más de lo que puedes: los excesos, se acaban pagando de alguna forma.
  • No te impliques en exceso: la ayuda tiene un principio y un fin dentro de la relación laboral.
  • Respeta tu tiempo y tu trabajo: implementa una política con las normas del servicio.
  • No te responsabilices de la vida de tus pacientes: tú los ves una hora, pero el resto del tiempo, ellos tienen que tomar las riendas de su vida e implementar los cambios.
  • Incluye el deporte en tu rutina: da igual yoga, boxeo o lo que se adapte a tus necesidades.
  • Busca ayuda profesional: por supuesto, tienes todo el derecho del mundo y más si cabe.
  • No te excedas con el tiempo de las sesiones: es importante ser riguroso con las normas.

Valora tu trabajo y establece límites

Si estás leyendo esto y eres psicólogo/a de pleno derecho, has pasado mínimo por cuatro años de formación de grado y dos de un máster que ha podido costar unos cuantos miles de euros…

Si sientes el síndrome del impostor, puede ser totalmente normal. Pero recuerda que la inversión en tiempo, dinero y esfuerzo, sumado a la desprotección a la que estamos sometidos los autónomos.

Este dato no pretende minarnos la moral, al contrario, ser conscientes de nuestro trabajo, de sus limitaciones y dificultades, empoderarnos y darle el valor y la importancia que se merece.

«Confía en ti y en tu formación, te has formado en psicología, pero no has estudiado en Hogwarts»

Las principales herramientas de un psicólogo son: la capacidad de escucha, la palabra y el diálogo.

Sé consciente que no todo el mundo tiene la misma capacidad para entender o valorar la ayuda. Muchas personas, tienen problemas de expectativas acerca de la terapia.

Las redes sociales y el avance de internet, han ayudado a visibilizar la importancia de la salud mental, pero la paradoja de la inmediatez, muchas veces, nos convierte en adictos a las soluciones inmediatas.

En muchos casos, prometiendo soluciones mágicas, esto nos lleva a desesperarnos y a idealizar unos estándares del bienestar que normalmente son inalcanzables o en la mayoría de los casos, no existen.

Hay que aceptar que podemos ayudar a las personas, pero no a todo el mundo. Muchas veces, desde luego, no de la forma que esperan.

En ningún caso, podemos responsabilizarnos de los cambios de los demás, ni tampoco de sus emociones.

¿Cómo un psicólogo puede ayudar a otro psicólogo?

De la misma forma que puede ayudar a cualquier otra persona, de hecho, compartir experiencias, permitirnos ser escuchados y atendidos, ver otros afrontamientos distintos al nuestro, puede ser reconfortante, terapéutico y desde luego, enriquecedor tanto para el paciente como para el terapeuta .

Conocer otros enfoques, también puede aportarnos nuevas ideas, ayudarnos a humanizar nuestro trabajo, establecer límites saludables y liberar la enorme carga mental y la presión que puede conllevar.

Un psicólogo puede ayudarte:

  • Escuchándote sin juzgarte.
  • Permitiéndote expresar tus sentimientos.
  • Proporcionándote un espacio seguro dónde verbalizar tus sentimientos.
  • Validando sus emociones.
  • Identificando y restructurando los pensamientos limitantes.
  • Ayudándote a creer en ti.
  • Buscando conductas saludables que promuevan el bienestar.
  • Compartiendo estrategias que usa en primera persona.

Conclusiones

  • Trabajar como psicólogo, presenta desafíos significativos, incluyendo una gran carga emocional.
  • Puede ser un trabajo gratificante, pero muy duro, si no se toman las medidas adecuadas.
  • Siempre ponemos el foco en ayudar a los demás, pero no puede haber ayuda, sin autocuidado.
  • Los psicólogos, pueden sufrir un desgaste laboral o burnout por las múltiples demandas del trabajo.
  • En la mayoría de los casos, trabajamos con agenda y somos autónomos, esto puede ser complicado.
  • Hay que tomar las medidas de protección adecuadas, para evitar y prevenir el desgaste laboral.
  • El hecho de ser psicólogo y una persona comprensiva, no significa no establecer límites.
  • Por más que nos pudiera gustar, es imposible poder ayudar a todo el mundo.
  • La ayuda tiene un principio y un fin, es una relación laboral, no es una labor altruista.
  • El psicólogo, también merece cuidar y atender su salud mental.
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Andrés Herraiz psicólogo en contacto con la naturaleza

Andrés Herráiz

¡Hola! Mi nombre es Andrés Herraiz, estudié psicología en Valencia y posteriormente seguí ampliando mi formación en la universidad Santiago de Compostela, con la que he colaborado en eventos de difusión científica.

Actualmente, trabajo en mi propio centro Andrés Herraiz – Psicología Valencia, dónde me ocupo personalmente de ofrecer un servicio cercano y de calidad, destinado por y para las personas.

Periódicamente suelo publicar artículos relacionados con temas de salud mental y bienestar emocional en mi blog, si te interesa el contenido, y quieres pasarte por aquí, serás bienvenido/a.

Si quieres conocer un poquito más sobre mí, puedes visitar el apartado sobre mí de la web.

¿Puedo ayudarte?
Andrés Herraiz psicólogo en Valencia fuera de la consulta

Si necesitas un psicólogo de confianza en Valencia, y aún no has dado el paso, en mi centro de psicología en Valencia, Andres Herraiz – Psicólogo Valencia, te atenderé personalmente desde el primer momento.

Estoy ubicado entre Benimaclet y Primado Reig, a 2 min de la parada de metro, el club de tenis y los Jardines de Viveros.

Ofrezco tratamiento psicológico de adultos y adolescentes, problemas de pareja, derivados del trabajo y asesoramiento a familias, desde una orientación en terapia cognitivo conductual.

Tras la evaluación, te ofreceré un punto de vista profesional, así como un plan de tratamiento individualizado.

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