La salud mental de los
autónomos en España

La salud mental de los autónomos en España está en la cuerda floja. Nadie parece tener un interés real, ni estar dispuesto a hacer nada o implementar políticas para facilitar el desempeño y la conciliación laboral.

Palabras clave: autónomos, España, salud mental, agotamiento, ansiedad, depresión

¿Qué es ser autónomo en España?

Ser autónomo en España es un auténtico desafío. Un autónomo, es trabajador por cuenta propia, es decir, un trabajador independiente que realiza una actividad económica con ánimo de lucro, sin sujeción a un contrato de trabajo.

Pero, detrás de la posibilidad de emprender y desarrollarse profesionalmente. Es uno de los pocos modelos de negocio, dónde hay que pagar por trabajar.

La presión para recaudar impuestos de forma indiscriminada y precariedad laboral a la que España somete a los autónomos, es un tema silenciado por el gobierno y los medios de comunicación.

A ningún partido político parecen importarles demasiado las necesidades de los trabajadores autónomos, además, de aprovecharse con fines electoralistas para sus campañas publicitarias.

«Los autónomos en España sufren discriminación fiscal y maltrato institucional, esto supone una gran presión y deriva en problemas graves de autoestima y salud mental»

¿Qué implica realmente ser autónomo en España?

Como advierten otros expertos, estamos ante una “pandemia silenciosa”, según los datos INE más de 5000 autónomos estuvieron de baja en 2023 por problemas de salud mental.

Este dato, es alarmante, a diferencia de otros sectores, para que un autónomo curse una baja laboral, los motivos tienen que ser de extrema gravedad.

Los trabajadores autónomos estamos expuestos a una serie de factores psicológicos y sociales que afectan directamente a nuestra salud mental:

• Presión fiscal abusiva: tenemos que hacer frente y pagar nuestros impuestos de forma: mensual, trimestral y anual. Algunos con independencia de si generamos o no ingresos.
• Inseguridad financiera: a diferencia de otros empleados, los autónomos dependen de proyectos o  de pagos de clientes para facturar, por lo que no tienen una renta de ingresos fija.
• Incertidumbre laboral: qué va a ser de mí, tendré pensión, qué es lo próximo que se inventarán…
• Horas de trabajo prologadas: pese al sentimiento de “flexibilidad horaria” la necesidad de cumplir con múltiples roles (gestión, marketing, finanzas) a menudo lleva a los autónomos a sufrir gran estrés laboral y ansiedad.
• Dificultad para conciliar con un proyecto personal: deduciendo todos los impuestos y el aumento exponencial del coste de la vida, hace muy difícil atender a otros proyectos personales.
• Aislamiento social: puede ser un trabajo más solitario, lo que contribuye al sentimiento de soledad y depresión. La ausencia de un entorno de apoyo, puede hacer difícil de manejar desafíos diarios.
• Presión para tener éxito: la autoexigencia y la presión para tener éxito pueden ser abrumadores. Los autónomos, a menudo, sienten que deben demostrar constantemente su valía, lo que aumenta los niveles de estrés y ansiedad.
• Dependencia de internet: la presión y la necesidad de crecer, muchas veces, es sinónimo de invertir, lo que se traduce en nuevos gastos que debemos asumir.
• Trabajar con público y/o agenda: no todas las personas tienen los mismos valores, entienden, conocen y respetan, lo que significa ser autónomo en España y todas las dificultades que entraña.
• Presión sobre las críticas: la huella digital, la exposición a las críticas o el temor a las reseñas, es otra fuente de estrés para muchas personas que su trabajo depende literalmente de la valoración terceros.

¿Por qué ser autónomo en España afecta a la salud mental?

Estar sometidos a una presión permanente, lidiar con una enorme carga de trabajo y con las preocupaciones diarias que supone sacar un negocio a flote, produce una fatiga crónica y un sentimiento de insatisfacción vital.

Todos estos factores, ocasionan un tremendo desgaste laboral o burnout. El agotamiento emocional, se traduce en problemas de estado de ánimo, autoestima y un deterioro de la salud mental.

«Ser autónomo en España es un factor de riesgo para la salud física y mental»

Es muy difícil poder empatizar con presión que conlleva ser autónomo en España o la enorme dificultad para desconectar del trabajo, incluso fuera del mismo.

Las larguísimas jornadas de trabajo, la baja rentabilidad, la preocupación constante y la presión competitiva, suponen una sobrecarga mental extrema.

La OMS y la OIT ponen cifras a esta dimensión del problema de salud mental.

• Trabajar 55 horas a la semana aumenta un 35% el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
• Una jornada laboral 40 horas aumenta en un 17% el riesgo a fallecer de una cardiopatía isquémica

Cuando percibimos que «nunca es suficiente», y las preocupaciones nos invaden, podemos sufrir:

• Problemas de autoestima y confianza
• Ansiedad
• Depresión
• Insomnio
• Pensamiento obsesivo (rumiaciones)
• Ideación suicida

«El sentimiento de desequilibrio entre la vida personal y profesional genera problemas de salud mental«

¿Por qué los autónomos son superhéroes?

No, lo cierto es que no lo somos, ni pretendemos serlo. Pero la realidad es que no tenemos los mismos derechos que ningún otro trabajador. En ningún caso, se puede equiparar un autónomo con trabajador por cuenta ajena, ni mucho menos, a un funcionario público.

Cuando nos ponemos malos, no tenemos ningún tipo de apoyo, ni respaldo o recurso que nos ampare.

Debemos atender y priorizar nuestras obligaciones fiscales, por encima de nuestra propia salud si queremos salir adelante, lo que supone, una amenaza para nuestra integridad.

Si un familiar se pone enfermo o hay que asistir a alguna intervención quirúrgica, ni si quiera, tenemos una reducción simbólica de la cuota. Esto tampoco ocurre, si somos convocados a una mesa electoral, a diferencia de cualquier otro ciudadano, que sí tiene una reducción pertinente de su jornada laboral.

Por supuesto, las vacaciones pagadas para los autónomos, tampoco existen. Aunque no se generen ingresos, hay que hacer frente a los pagos y afrontar las pérdidas.

«Las obligaciones y las cargas fiscales son ineludibles, pero, los derechos son inexistentes«

Con este caldo de cultivo, no parece raro, que los problemas de salud mental de los autónomos en España, muchas veces silenciados, se multipliquen de manera exponencial.

Pero no solo las condiciones laborales son precarias, sino que actualmente, la “pensión media” es de 686€, un 37% más baja que en el régimen general, superando en tan solo unos euros al ingreso mínimo vital, fijado en 2024 por 604€.

Por si todo esto fuera poco, la última propuesta del gobierno, pretende situar la edad de jubilación de los trabajadores autónomos en 70 años. Parece que reírse de las personas en este país, sale bastante barato…

Todo esto, fomenta una sensación de injusticia permanente, desconfianza y miedo hacia un futuro cada vez más incierto. Esto contribuye a la sensación de hastío sobre sistema político, económico y social.

Estrategias para mejorar la salud mental de los autónomos

Aunque seguir estas estrategias, no va solucionar las desigualdades sociales o los problemas ocasionados por incompetencia política. Muchas veces, nos pueden ayudar a mejorar significativamente la calidad de vida y la productividad laboral:

Ser autónomo en España, además de un desafío, en la mayoría de los casos, lleva implícito una enorme dificultad para desconectar del trabajo, lo que implica un gran desgaste psicológico;

Algunas recomendaciones para mejorar la salud mental de los autónomos:

• Establecer rutinas y horarios: tanto en lo laboral, como en lo personal, debe haber una diferencia clara en la organización del tiempo, para no terminar dedicándole todo el día al trabajo.
• Tomar distancia entre lo laboral y personal: aunque muchas veces, es difícil por la preocupación constante que supone a lo largo del día. Hay que intentar poner una distancia emocional.
• Buscar apoyo social: buscar desde redes de apoyo a subvenciones o ayudas sociales.
• Planificar el tiempo de descanso: por mucho que creamos que estamos desatendiendo nuestro trabajo, respetar el tiempo de descanso, será la única manera de respetarnos a nosotros mismos.
• Planificación de tareas: planificar el tiempo de forma realista, teniendo en cuenta todas las tareas, que van más allá del trabajo, aunque no formen parte estrictamente del mismo.
• Gestión financiera: contar con la ayuda de un asesor fiscal para asesorarnos en esta materia y nos ayude a optimizar los beneficios.
• Prácticas técnicas de manejo del estrés: la práctica de aficiones, técnicas de relajación o paseos en la naturaleza, pueden ser beneficiosos para desconectar de nuestros problemas.
• Buscar ayuda profesional: un psicólogo especialista, puede entendernos en primera persona y ayudarnos a buscar las mejores estrategias para mejorar nuestra salud mental.

Conclusiones

• La salud mental de los autónomos en España está en la cuerda floja y a nadie parece importarle.
• Ser autónomo en España es realmente complicado y “valiente”. Las políticas fomentan el trabajo público y se castiga cualquier forma de emprender o tener libertad financiera.
• El modelo está programado para la obsolescencia del sector, este colectivo cada día está más desprotegido y es más vulnerable ante la presión fiscal o el crecimiento de grandes empresas.
• La salud mental de este sector, actúa como un “pandemia silenciosa”, a diferencia de otros sectores, es mucho menos visible, pero desde luego, no es menos importante.
• Dentro de las complicaciones que reviste ser autónomo en España, deberemos conocer las implicaciones y cuidar mucho las estrategias para proteger nuestra salud.
• Muchas veces, asumimos en primera persona las consecuencias de un problema social o incluso político. Esto inevitablemente, afecta a la salud mental y a nuestra calidad de vida.
• Soportar la presión fiscal, así como asumir las demandas por adaptarnos a los cambios continuos y a la era digital, hace que, a largo plazo, resulte insostenible mantenerse.
• La presión fiscal y la precariedad laboral, hace que la subida de precios, repercuta en los usuarios finales servicio, con lo cual, incrementa de manera progresiva el coste de la vida para todos.
• La labor de prevención de riesgos psicológicos y sociales, así como fomentar los factores de protección y contar con apoyo psicosocial es fundamental.
• Este problema se perpetúa por falta de unión entre la diversidad de los colectivos que conforman parte del trabajo por cuenta ajena y no se encuentran cohesionados o con representación mayoritaria.
• La salud mental, debe ser una parte integral del autocuidado, del éxito y de la satisfacción laboral de un autónomo, no una prioridad secundaria.

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