¿Por qué siento
que no avanzo?

Por qué siento que «no avanzo» y me siento culpable de no poder cambiar la situación.

El mundo gira a una velocidad vertiginosa y las agujas del reloj, no parecen detenerse, esto hace que la presión por satisfacer ciertas demandas sociales como independizarse, resulte una misión imposible.

Palabras clave: avanzar, estancarse, metas, objetivos, expectativas o demandas sociales, culpa, frustración.

Por desgracia, esta situación no es un hecho aislado, es la crónica de un fenómeno totalmente común y generalizado que afecta a gran parte de la población de nuestro país en edad de desarrollar su proyecto de vida.

La mayoría de personas, tienen dificultades para independizarse y vivir de manera autónoma aún trabajando. De hecho, para muchas, resulta algo impensable compatibilizar un trabajo estable y un proyecto de vida sostenible a futuro.

¿Por qué sentimos que no avanzamos y estamos estancados?

Es muy común sentir qué no avanzamos al mismo ritmo que la sociedad nos lo exige. En la mayoría de los casos, porque directamente, es imposible, ya que cada vez existe más presión y mayor dificultad por alcanzar dichas «expectativas sociales».

A menudo, sentimos que los años pasan y con la situación laboral, de vivienda y situacional, no podemos cambiar nuestra realidad. Para la mayoría de los jóvenes, es prácticamente imposible poder ahorrar.

Además, venimos de otra época, dónde habían menos alternativas para elegir, pero también muchas más facilidades o menos trabas para conseguir ciertas cosas.

Puede haber muchos puntos de vista para responder a esta pregunta. Pero sobre todo, dependerá de nuestra realidad y de cómo la percibamos o interpretemos en base a nuestras creencias y expectativas.

Hay veces, que tenemos unas expectativas irrealistas o incluso nos creamos situaciones imposibles, pensando que tendríamos que cambiar una situación, de la que es prácticamente «imposible escapar».

¿Qué es lo que nos hace sentir estancados?

Hay que tener en cuenta que cada persona tiene una personalidad y unas circunstancias vitales distintas.

Estas dos alternativas, suponen que puedan intervenir cientos de mecanismos implicados en la autopercepción y la imagen que tenemos de nosotros mismos y de nuestra situación personal.

La culpa y la «comparación injusta»

La culpa, siempre suele ser una de las emociones más limitantes y que más afecta a la percepción que tenemos sobre nosotros mismos, sintiendo que nunca es suficiente. Ya que de manera natural, tendemos a compararnos de forma inevitable con los demás ,para tener referencias de quiénes somos.

Miramos a nuestro alrededor y vemos que los años transcurren y que cada cuál hace su vida con mayor o menor dificultad, pero ahí están, peleando mientras que «nosotros, seguimos igual».

Este planteamiento no solamente no es verdad, sino que puede ser tremendamente injusto y puede hacernos mucho daño.  Ya que no solemos profundizar y pensamos «mi amigo Pepe tiene una casa». Pero no inferimos que la casa, es realmente de los padres de tu amigo Pepe, de sus abuelos y posiblemente del banco.

¿Cómo afecta «sentirnos estancados» a nuestra salud mental?

Tenemos que tener en cuenta, que muchas veces, hay una asimetría entre la visión autopercibida, la proyectada y la real. Además con la situación socioeconómica es muy difícil traspasar esta barrera.

Esto, muchas veces, incrementa la rueda de la insatisfacción, sintiéndonos frustrados y sin recursos, dependiendo de un trabajo que no podemos perder si es que queremos comer y que a la vez nos impide salir del bucle.

Esta situación, puede afectarnos, sintiendo que no somos merecedores de otras cosas, como afecto o cariño, ya que, podemos pensar, por ejemplo, como mi situación laboral no es buena, no quiero que nadie cargue conmigo…

Estas creencias limitantes pueden hacer mucho daño, ya que contribuyen a deshumanizar y categorizar a las personas en función de su valía por su situación económica y laboral.

Aunque esta es una realidad silenciada, afecta a miles de personas y es la consecuencia de muchísimos problemas de salud mental. La dificultad real para conciliar un proyecto de vida de forma sostenible.

Esto tiene repercusiones en nuestra autoestima y salud mental, provocando, estrés, ansiedad o depresión.

¿Cómo podemos salir del bucle de la frustración?

Este punto es muy importante, al final, no debemos de caer en el error de pensar que cambiando la situación, desaparecería el problema. Porque así no podemos salir de la rueda.

Muchas veces, directamente tenemos situaciones de las que casi resulta imposible escapar. Por eso, debemos de hacer un trabajo para intentar reconfigurar la situación y tener un diálogo más compasivo.

• Reajustando las expectativas siempre dentro de nuestra situación y/o posibilidades.
• No haciendo interpretaciones de la realidad que dañen nuestro autoconcepto.
• Agradeciendo y valorando cosas sencillas que forman parte de nuestra vida (ej. salud).
• Aceptando que no podemos cambiarlo todo.
• No culpabilizarse por la situación.

Nos alegramos mucho por nuestro amigo Pepe, pero no todas las personas tienen la misma suerte que Pepe y eso no les convierte en seres que merecen ser repudiados, al contrario.

Siempre o casi siempre, podemos hacer algo más, pero tenemos que integrar que ni todo es fácil ni siempre depende de nosotros.

Porque no estemos contentos con algún área de nuestra vida como: la situación económica, laboral o personal, no tenemos porque cargar con la culpa ni tener que ponernos una penitencia.

Es importante no generalizar el descontento y la frustración a todos los ámbitos de nuestra vida.

¿Cómo pude ayudarme un psicólogo?

Un psicólogo especializado, puede proporcionarte un espacio seguro y confortable, para poder hablar de nuestros problemas e inquietudes, y afrontar nuestros miedos sin temor a sentirnos juzgados.

Acompañamiento profesional te aportará una visión objetiva y te proporcionará recursos para gestionar la frustración;

• Conocer el motivo de consulta.
• Identificar los procesos emocionales implicados.
• Validar tus emociones.
• Evaluar las conductas disfuncionales.
• Reconocer los pensamientos automáticos, irracionales e intrusivos-
• Restructurar las creencias limitantes.
• Cuidar nuestro autodiscurso o definición de la realidad.
• Aceptar la situación vs cambiarla desde un enfoque amable
• Orientación centrada en el proceso y no en el problema.
• Generando metas y objetivos corto y medio plazo.
• Aprendiendo a identificar experiencias de éxito y otras fuentes de validación.

Si estás buscando una ayuda profesional, estaré encantado de atenderte tanto en terapia online como en terapia psicológica presencial en mi centro de psicología en Valencia.

Conclusiones

Aunque el mundo y la sociedad ha cambiado mucho en los últimos 10 años, nosotros aún vivimos aferrados a ciertas creencias y lógicamente, vivimos con pena, dolor o resignación ver que el mundo pasa y nuestra vida va a estar limitada en muchos aspectos.

Asumir que tenemos que cumplir con estas «expectativas sociales», muchas veces, es alimentar la sensación de culpa, fracaso y frustración. Por eso, es importante crear una nueva narrativa adaptada al contexto social.

Por otro lado, no podemos renunciar a nuestra felicidad, por no cubrir todas las «demandas sociales». Esto no tiene que ser un pretexto, ni una excusa para limitarnos en otros aspectos de nuestra vida como por ejemplo, el personal.

Aunque la frustración y el malestar fruto de la situación actual puede ser muy difícil de manejar.

Si logramos identificar nuestras emociones, hacer un análisis objetivo de la situación y ser más amables con nosotros mismos, puede mejorar de manera considerable nuestra autoestima y salud mental.

Muchas veces, el secreto no está en cambiar al situación, sino en tratar de gestionarla de la forma más amable posible.