¿Cómo superar
una infidelidad?

Para conocer cómo superar una infidelidad, lo primero que tenemos que hacer es concretar qué es una «infidelidad» y establecer cuál es su definición, ya que no todo el mundo la entiende del mismo modo.

¿Se es infiel con el pensamiento?, ¿con una mirada?, ¿en los sueños tal vez?, ¿mirando pornografía quizás?

Cada relación de pareja, se rige por unos códigos de conducta propios y unas normas morales distintas. Normalmente, se entiende por una «infidelidad» cuando se da una relación que no ha sido consentida.

Para muchas personas, cometer una infidelidad se entiende como una deslealtad o traición hacia la confianza en la relación de pareja, dónde se quebrantan o trasgreden las normas acordadas por la misma.

Causas de la infidelidad

Debemos entender, que las relaciones pasan por diferentes etapas y obviamente pueden desgastarse con el paso del tiempo, más aún si son relaciones de larga duración o con convivencia.

Al final, pasamos de elegir, cuidar y planificar los momentos para quedar, a compartir el día a día, vernos en las peores circunstancias, enfrentarnos a problemas familiares, el estrés laboral, la rutina y la monotonía.

Obviamente, no hay ninguna causa que “justifique” romper un compromiso de pareja, lo que no quiere decir que esto no suceda con más frecuencia de la que nos gustaría.

Según el estudio de Sigma2 algunas posibles causas serían:

• Búsqueda de nuevas sensaciones.
• Huir de la rutina, escapar de la realidad.
• Sexo esporádico.
• Desgaste de la relación.
• Nueva conexión sentimental.

Muchas veces, no existe una razón concreta, ni un motivo preciso, simplemente se produce una “desconexión moral”, dónde evidentemente, no se piensa en las repercusiones emocionales o en las posibles consecuencias que esto pueda tener para los miembros de la pareja y para propia relación.

En muchas ocasiones, ni se pretende. ni se quiere acabar con la relación, más bien se trata de una circunstancia puntual y fortuita, en otras, es la una evidencia palpable del deterioro de la relación de pareja.

Cada relación y cada persona son distintas, por eso, no podemos juzgarlas con un mismo criterio.

¿Es posible perdonar una infidelidad?

Desde luego, es posible el perdón, lo que no significa que tenga que ser necesariamente fácil, ni por supuesto, obligatorio. Depende de muchos factores, vamos a enumerar algunos de ellos:

• Creencias personales.
• Variables de personalidad.
• Características de la propia relación.
• Circunstancias del hecho.
• Valor de la relación.
• Voluntad y predisposición por entender.

¿Debo perdonar la infidelidad?

No existe una circunstancia menos mala que otra, ya que en cualquier caso puede resultar doloroso, pero quizás, nos ayude tener en cuenta o valorar ciertos aspectos:

• ¿Soy capaz?, ¿estoy dispuesto/a a perdonar/me?
• ¿Ha sido algo continuado?, ¿casual?
• ¿Cómo va la relación? (aislando este hecho)
• ¿Cómo lo ve mi pareja?, ¿hay responsabilidad afectiva?
• ¿Hay un interés y compromiso real de continuar con la relación?
• ¿Compensa?

Podemos perdonar una infidelidad, pero no debemos responsabilizarnos, ni culparnos de la misma.

En muchas ocasiones, (aunque no en todas) el perdón más difícil es el de uno mismo.

Tú sabes mejor que nadie si la persona que tienes al lado merece la pena y si ambos sois capaces de pasar este bache juntos, dándole el especio y gestionándolo de manera adecuada.

Consecuencias de la infidelidad:

• Sentimientos de culpa.
• Cuestionamiento.
• Pérdida de la confianza.
• Dudas acerca del futuro.
• Pensamientos intrusivos.
• Falta de deseo sexual.
• Exceso de control.
• Ruptura de la relación de pareja.
• Apego inseguro.

El afrontamiento personal es muy importante, pero a la vez muy distinto dependiendo de las circunstancias personales. Personas más sensibles si carecen de apoyos necesarios, el daño, todavía puede ser mucho mayor.

Por supuesto, además de todas estas consecuencias nivel psicosomático y emocional, puede derivar en trastornos de ansiedad, depresión, problemas de autoestima o trastornos de conducta alimentaria entre otros.

*El objetivo de la ayuda profesional es minimizar y prevenir los efectos adversos de la crisis de pareja.

Prácticas poco recomendables:

Estas conductas son muy habituales, aunque por desgracia, lejos de ayudarnos, nos harán más daño:

• Asumir la culpa o responsabilizarse de la misma: “he fallado”, “no estoy a la altura”
• Compararse: “es mejor que yo”, “es más/menos«
• Pensamientos intrusivos: “no soy suficiente”, “no valgo«
• Cambiar para complacer: “ahora seré mi mejor versión”, “le daré lo que necesita”
• Venganzas: «se va a enterar»
• Recabar y buscar evidencias: «quiero saber todos los detalles»
• Empeño desadaptativo en saber la razón: «por qué», «no lo entiendo», «por qué»
• Aumentar el control, pedir pruebas: «dónde estás», «qué haces», «pásame foto»

Muchas veces, al contarlo a terceras personas o a familiares, hace que la reconciliación resulte todavía más difícil, debido a la presión social que sentimos, por lo que otras personas puedan pensar o juzgar.

Estas conductas mencionadas, nos pueden provocar un daño todavía mayor que el propio hecho en cuestión.

Dato: cometer una infidelidad no es un delito, pero mirar el móvil sin consentimiento de tu pareja sí.

¿Cómo prevenir la infidelidad?

Una relación de pareja es algo voluntario, por lo que «no existe obligatoriedad en el compromiso», pero a veces, en la práctica, las cosas, ni mucho menos, son tan fáciles como pueden parecer en la teoría.

No debemos de vivir con miedo, tratando de prevenir algo que no debería suceder, pero cuanto más sano sea el ecosistema de la relación de pareja, por norma general, menos probabilidad de ocurrencia.

Buscaremos el bienestar de la relación de pareja, fomentando un espacio seguro a través de:

• La comunicación.
• Haciendo planes y construyendo proyectos de futuro.
• Cuidar la relación a través de la rutina.
• Disfrutar con tu pareja.
• Compartiendo tiempo de calidad.
• Respetar los espacios.
• Cuidar la relación afectiva y sexual.
• Fomentar un apego seguro.

¿Cómo me puede ayudar un profesional?

Contar con la ayuda de un profesional cualificado, nos puede aportar una visión externa y objetiva sobre el conflicto, ayudándonos a entender, encajar y procesar la situación. Este es el punto de partida, para no culpabilizarnos y aprender a gestionar nuestras emociones de forma adecuada, estableciendo pautas saludables para afrontar el conflicto. Esto, nos permitirá recuperar la confianza personal y en la relación de pareja si este fuera el caso.

El psicólogo, nos puede acompañar durante el proceso, ayudándonos a entender que tenemos derecho a sentirnos mal, pero no merecemos hacernos daño, juzgarnos, atormentarnos, ni vivir una condena moral.

La gestión de la culpa, es un aspecto central en estos procesos, tanto desde la perspectiva del que la ha cometido la infidelidad, como desde luego, del otro miembro de la pareja.

Minimizar las dudas y reducir el margen de incertidumbre «estaré haciendo bien», «no estoy seguro/a» estas cuestiones pueden generar mucha frustración, miedo al futuro y ocasionar un gran malestar.

El tiempo, también será una pieza clave en la ecuación, para restructurar y recuperar el equilibrio normal.

Decir que una infidelidad refuerza la relación de pareja, es una estupidez, pero si nuestro objetivo es continuar con la relación y afrontarlo adecuadamente, todos nuestros esfuerzos, lógicamente, deben ir encaminados a esto.

Consideraciones importantes:

• Perdonar es posible, pero no necesariamente tiene que ser fácil, ni tampoco obligatorio.
• Hay que humanizar, racionalizar y entender que estas cosas pueden suceder.
• Ser comprensivo y compasivo con uno mismo con independencia del plano dónde estés.
• Si se decide perdonar, hay que hacer esfuerzos activos para que el perdón sea real.
• Aunque parezca difícil de creer, puedes cometer una infidelidad y querer a tu pareja.
• La persona que comete la infidelidad, puede sufrir tanto o más que el otro miembro.
• Tenemos derecho a sentirnos mal, pero no podemos tratarnos mal, ni perpetuar el daño.
• Asumir que el control absoluto y la certeza no existen, por lo que no podemos vivir mal por esto.
• La realidad, es que en la práctica, las cosas no son tan fáciles como pueden parecer.
• Buscar ayuda profesional puede ser de gran ayuda para gestionar adecuadamente la situación.