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¿Es el alcohol una droga socialmente aceptada?
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¿Es el alcohol una droga socialmente aceptada? según el estudio de la European health interview survey (EHIS) España es uno de los países de la Unión Europea con mayor consumo de alcohol diario.
Según el informe nacional EDADES «el 93,2% de la población de 15 a 64 años manifiesta haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida, lo que convierte al alcohol en la sustancia psicoactiva con mayor prevalencia de consumo.»
Tal y como se registra en la encuesta ESTUDES (encuesta sobre el uso de drogas en enseñanza secundarias) 1994-2023 del Observatorio Español de las Drogas y otras Adicciones (OEDA) «el alcohol, es la sustancia psicoactiva más consumida de entre los estudiantes de Enseñanzas Secundarias con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años, ya que 3 de cada 4 reconoce su consumo alguna vez en su vida.»
¿Qué es el alcohol?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere al alcohol como la sustancia psicoactiva que produce cambios en el estado de ánimo y genera dependencia.
Como señala el Plan Nacional sobre Drogas «alcohol ingerido en una bebida es absorbido en el aparato digestivo, desde donde pasa a la circulación sanguínea en la que puede permanecer hasta 18 horas. Resultando finalmente eliminado a través del hígado.»
Contexto social
El consumo de alcohol, ha sido empleado por diferentes culturas, a lo largo de los siglos. Beber alcohol, esta asociado a momentos de ocio, reunión y diversión, eventos, fiestas, reuniones, celebraciones o encuentros familiares.
Hasta hace no mucho, el consumo moderado y regular de alcohol, hasta se asociaba con tener una buena salud, al final, por suerte, esta concepción sesgada esta cambiando a lo largo del tiempo.
Si en un evento consumiéramos ayahuasca o hiciéramos el ritual del sapo bufo, seguramente, nos llamaría la atención, pero si consumimos alcohol o incluso otras drogas, lo vemos completamente normal. Esto es un indicativo que nuestra relación con el alcohol es puramente cultural, de aceptación y tradición.
El consumo de alcohol esta socialmente aceptado a tal punto, que muchas personas tienen una mala relación con la bebida o problemas graves de adicción, sin tener ningún tipo de conciencia de ello.
La aceptación, la normalización y la accesibilidad de la sustancia, favorece que la persona adicta o con una mala relación con la bebida, aún le sea más difícil tomar distancia o deshabituarse de la misma.
¿Por qué bebemos?
¿Te has hecho esta pregunta alguna vez?, ¿es el alcohol una sustancia socialmente aceptada?
La respuesta debería ser muy sencilla «porque nos da la gana«, pero la realidad, es mucho más compleja. Podemos considerar diferentes razones, que muchas veces, ni si quiera nos hemos llegado a plantear.
La realidad es que podemos beber, por diferentes motivos: por deseabilidad social, pertenencia al grupo, como facilitador de las relaciones, como desinhibidor, por busca de validación o aprobación social, para sentirnos adaptados, para compartir, para socializar, por costumbre…
A veces, acudimos al alcohol en los momentos buenos: compartir, festejar, celebrar… pero en otras circunstancias, podemos recurrir en los momentos malos, para tapar, olvidar, o para «escapar de la realidad».
Podemos beber para pasarlo bien, para hacernos daño e incluso por una especie de necesidad autoimpuesta…
Como vemos, las razones pueden ser prácticamente infinitas, de hecho, a veces, se emplea el alcohol incluso como una «conducta de seguridad» ante eventos sociales o una máscara para tapar otras cosas.
Tenemos ciertas creencias que romantizan el consumo alcohol, a veces, podemos considerar que beber es sinónimo de ser más cool o una persona enrollada, cuando la realidad, puede distar bastante de la imagen que proyectamos a todos los niveles.
Tal es la normalización social del consumo alcohol, que a veces, se piden explicaciones o incluso se puede asociar ser abstemio con tener un problema de salud, cuando obviamente, más bien sería lo contrario.
Muchas personas sienten tal presión social, que, aunque objetivamente les siente mal (por cuestiones físicas u orgánicas), les será muy difícil no consumir en determinado contexto dónde la gente esta consumiendo, ya que necesitamos este tipo de “validación social” o sentimiento de pertenencia al grupo.
¿Qué efectos provoca el alcohol en el organismo?
Según los datos proporcionados por la OMS, el alcohol es un factor causal que puede incrementar el riesgo de sufrir más de 200 enfermedades.
Algunos de los efectos conocidos de un consumo repetido de alcohol en el organismo son:
- Sistema cardiovascular.
- Cirrosis hepática.
- Algunos tipos de cáncer.
- Impotencia.
- Funcionamiento cerebral.
El estudio británico sobre la peligrosidad de las drogas, sitúa al alcohol por encima de otras sustancias como el crack o la heroína. A nivel personal, coincido que una droga con este nivel de aceptación social, puede llegar a ser incluso más peligrosa que otras sustancias menos conocidas o con peor reputación.
Atendiendo a los últimos datos facilitados por la OMS, cada año se producen 3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, lo que representa un 5,3% de todas las defunciones.
¿Qué efectos tiene el alcohol en la salud mental?
El alcoholismo presenta una alta comorbilidad con otros trastornos mentales como la depresión.
- Ansiedad.
- Depresión.
- Problemas de autoestima.
- Otras adicciones con o sin sustancia.
- Alteraciones del sueño.
- Problemas de la conducta alimentaria.
Por supuesto, un consumo de alcohol mantenido o abusivo, puede conllevar: deterioro cognitivo, pérdida de la memoria, dificultad autocontrol, reacciones impulsivas, relaciones inestables, celos y desconfianza y otros muchos problemas derivados del mismo.
Aunque puede confundirse con una droga estimulante, por sus efectos, el alcohol esta catalogado como una sustancia depresora que afecta al funcionamiento del sistema nervioso central.
El consumo de alcohol, puede ser una de las causas de accidentes de tráfico, violencia o suicidios.
Si tenemos cualquier patología previa o disposición a la misma, como por ejemplo, problemas del estado ánimo, distimia o depresión, con toda seguridad, el consumo de alcohol agravará el problema.
¿Cómo afecta el alcohol a nuestras relaciones?
Es tal el nivel de aceptación de la sustancia que tenemos, que sin duda, en determinados círculos o eventos el consumo de alcohol esta plenamente normalizado, pudiendo incluso resultar un estigma el hecho de ser abstemio.
Para algunas personas, estar ebrio puede resultar incluso gracioso o adaptativo. Existen ciertos mitos acerca del consumo del alcohol, encontrándose incluso, asociado a fortaleza o virilidad. Solo se criminaliza cuando causa violencia o muertes, como por ejemplo, cuando provoca accidentes de tráfico.
Pero la realidad, es que problemas psicofísicos, pueden ser pocos en comparación con el daño que puede causar consumo desadaptativo de alcohol, a nivel social y peor aún, el que podemos causar a nuestro entorno más cercano o a nuestros seres queridos.
Si hay algo verdaderamente doloroso, es cuándo el entorno se ve obligado a sufrir las consecuencias casi inevitables del alcoholismo, muchas veces en silencio, por vergüenza, temor o incluso por sentir falta de recursos para afrontar la situación.
En la mayoría de los casos, el consumo de alcohol de forma abusiva, es sinónimo problemas a nivel social, económicos y por supuesto, familiares, que en muchos casos, terminará con la pérdida de la misma.
En los casos más graves, las personas que conviven o sufren indirectamente este problema, tienen que lidiar con la mentira, la manipulación, el chantaje emocional y la impulsividad, que causan auténtico temor y sensación de indefensión.
Parejas, hijos o familiares directos, suelen ser los primeros en sufrir las consecuencias.
¿Cómo me puede afectar la tolerancia?
Ni todo el mundo bebe del mismo modo, ni a toda la gente le afecta de la misma manera.
Si consumimos con asiduidad, cada vez necesitaremos mayor cantidad para conseguir los mismos efectos en nuestro organismo, con todos los daños que ello puede suponer para nuestra salud física y mental.
Las personas que tienen una buena tolerancia al alcohol, corren el riesgo de normalizar más el consumo.
Muchas personas, refieren en consulta, que antes no les pasaba, pero ahora tienen una mala relación con el alcohol, les cuesta controlarlo y/o cuando empiezan, sienten dificultades para regular el consumo.
Como refieren los pacientes que acuden al centro, el consumo de alcohol puede ser la puerta de entrada a otras adicciones o conductas, como por ejemplo: alcohol+ cocaína + viagra + búsqueda de relaciones sexuales fuera de la pareja.
¿Tengo un problema con el consumo de alcohol?
Depende, debemos diferenciar varios conceptos como: uso y abuso, adicción y mala relación.
¿Tienes control de la sustancia?, ¿sientes dificultad para parar?, ¿necesitas beber en cualquier evento social?, ¿te sientes mal luego de consumir?, ¿te provoca cambios de humor?, ¿te pones agresivo o impertinente?, ¿hablas más que la cuenta?, ¿bebes con bastante frecuencia?, ¿tienes deseo o ansia por consumir?, ¿sientes culpa después?
Si alguna de estas cuestiones te ha hecho dudar, te ha causado malestar o te ha removido, esto no significa que seas alcohólico, pero lo más probable es que no tengamos una buena relación con la bebida.
Muchas veces, no somos conscientes de todos los problemas que realmente están asociados directa o indirectamente con el consumo de alcohol.
«Importante recalcar que no todo el mundo que consume alcohol tiene un problema de adicción, de la misma forma, que no todas las personas que beben tiene una buena relación con la bebida»
¿Cómo me puede ayudar un psicólogo con el consumo de alcohol?
Un psicólogo especialista en adicciones o con conocimientos en esta área, podrá prestarnos el apoyo necesario para mejorar nuestra relación con la bebida. Nos podrá ayudar a:
- Identificar, reconocer y tomar conciencia de mi relación con la bebida.
- Desmitificar las creencias y prejuicios asociadas al consumo de alcohol.
- Evaluar las consecuencias del consumo a todos los niveles.
- Realizar un estudio de los factores mantenedores y desencadenantes (entorno, conductas).
- Hacer un análisis real de la ingesta.
- Plantear un programa de deshabituación progresiva de la sustancia.
- Reducir o eliminar el consumo de alcohol.
- Aconsejar la derivación a un centro especializado u otro tipo de terapia.
- Conseguir adherencia al tratamiento y prevención de recaídas.
- Valorar otras terapias complementarias o alternativas.
- Restaurar aspectos dañados a consecuencia del consumo.
- Replantear y reconstruir unos nuevos hábitos y un estilo de vida saludable.
*Si una persona no quiera ayuda, es una pérdida de tiempo, de dinero y de energía. Igual la ayuda o el soporte es más necesario para los familiares que no pueden o no saben cómo manejar la situación.
*Cuando acudimos al psicólogo para hacer una penitencia o redimir nuestros pecados tras un ultimátum o una crisis de pareja, el pronóstico de cambio y el afrontamiento será poco o nada adecuado.
Conclusiones
- El alcohol es una droga socialmente aceptada y su consumo esta plenamente normalizado.
- La aceptación del alcohol favorece que no entienda de clases sociales, ni de edades.
- Es tal el nivel de normalización que muchas personas abstemias se sienten estigmatizadas.
- La experiencia de estar sobrio rodeado de personas ebrias puede resultar muy desagradable.
- El alcohol es un tóxico que produce daños importantes en nuestra salud psicofísica.
- El consumo prolongado de alcohol puede suponer el deterioro o la ruptura de las relaciones.
- El problema no es el uso, el problema es el abuso o tener una mala relación con la bebida.
- Hay que naturalizar y reconocer los problemas, también las enfermedades y las adicciones.
- Si afrontas el problema, no solo te estás ayudando a ti, también a tu entorno más cercano.
Por cada persona que reconoce que tiene un problema con la bebida, hay cientos que no lo hacen y otros tantos que es posible que ni si quiera lo identifiquen. Esto marca una diferencia significativa en el abordaje del tratamiento y en el pronóstico de recuperación.
«Cuando una persona reconoce que tiene un problema con la bebida, es un acto de valentía, de generosidad, de amor propio y también hacia los demás»
Muchas veces, aún sin saberlo, cuando reconocemos tener una mala relación con la bebida o un problema de cualquier tipo, es una bonita forma de ayudar a otras personas, que quizás puedan tener el mismo problema, aunque no lo reconozcan, crean que no les afecta o no se atrevan a dar el paso.
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Andrés Herráiz
¡Hola! Mi nombre es Andrés Herraiz, estudié psicología en Valencia y posteriormente seguí ampliando mi formación en la universidad Santiago de Compostela, con la que he colaborado en eventos de difusión científica.
Actualmente, trabajo en mi propio centro Andrés Herraiz – Psicología Valencia, dónde me ocupo personalmente de ofrecer un servicio cercano y de calidad, destinado por y para las personas.
Periódicamente suelo publicar artículos relacionados con temas de salud mental y bienestar emocional en mi blog, si te interesa el contenido, y quieres pasarte por aquí, serás bienvenido/a.
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